La primera foto corresponde a la imagen que acoge la iglesia y la segunda como dicen los pobladores es de los pescadores y se encuentra permanentemente en una urna en plena calle frente al mercado, pero que por su fiesta la sacan a un altar adornado con flores que le ofrecen sus devotos.
En Perú , es conocido que también era patrona de la Guardia Civil , posteriormente se fusionan Guardia Civil, Guardia Republicana y Policía de Investigaciones del Perú y conforman la Policía Nacional del Perú - PNP .
A continuación comparto este artículo SANTA ROSA DE LIMA , PATRONA DE LOS GUITARRISTAS, del Dr. Danilo Sánchez Lihón .
SANTA
ROSA
DE LIMA
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
Danilo Sánchez Lihón
1. Ternura
infinita
El día 30 de agosto se celebra en el Perú el Día de
los Guitarristas en honor a Santa Rosa de Lima quien oraba, componía coplas,
rimas y cuartetas dedicadas a su amado Jesús, pulsando las cuerdas de su
guitarra, que han inspirado a Octavio Santa Cruz, tañedor eximio de ese
instrumento, a escribir este poema:
A LA PATRONA DE LOS GUITARRISTAS
Por la
ternura infinita de su canción redentora
la nombramos
Protectora
de todos los
guitarristas.
Por su llanto
silencioso.
Por su
inefable candor.
Por llevar
nuestro dolor en su corazón gozoso.
Por el gesto
generoso.
Por su
fragancia exquisita.
Por darle al
que necesita: salud, comida, consuelo.
Por su
incansable desvelo.
Por la ternura infinita.
2. Guitarrista milagrosa
Por preferir
el tormento.
Por evitar el
reposo.
Por escoger
el sollozo.
Por renunciar
al sustento.
Por hacer
diario el portento.
Y por tornar
creadora
la misteriosa
y sonora
expresión del
sacrificio
como secreto
prodigio
de su canción redentora.
Por penetrar
los arcanos
con su verso
cadencioso.
Por su canto
melodioso.
Por pulsar
con sabias manos,
los
guitarristas peruanos
hoy le
decimos:
cantora,
vihuelista,
tocadora,
guitarrista
milagrosa.
Y a más de
llamarla hermosa
La nombramos Protectora.
3. Ese solaz
A ella que
sabe cantar
mientras su
pecho desgarra
y que pulsa
su guitarra para ponerse a rezar
le hemos
querido brindar
nuestra rima
siempre lista.
Más no como
un decimista
que a
"lo divino" se asoma,
sino como a
la Patrona
de todos los guitarristas.
Y es que nuestra Santa además de ser muy hermosa,
tenía mucha sensibilidad artística. Y su consagración mística plena y total se
daba en total armonía con la naturaleza.
No así con su cuerpo al cual flagelaba tanto que solo
por referir un detalle: quemó sus manos que eran finas, hermosas y motivo de
unánime admiración.
Y lo hizo sumergiéndolas en un recipiente de cal viva
a fin de que no causaran ese solaz ni las alabaran; porque eran contorneadas,
con relumbres nacarados y tersas como de fino alabastro.
4. Gracia divina
Y no solamente tocaba la guitarra sino también el arpa
y cantaba solitaria con encanto, intensidad y arrobamiento, al punto de
expresar: “quitarme a mí el cantar es lo mismo que quitarme el comer”
El cantar está alabado en Santa Rosa incluso en
aquella anécdota que cuenta el tradicionalista Ricardo Palma.
En ella se refiere que siendo aún niñita muy tierna su
madre decide cocinar a un gallito de la casa que según la señora era inútil
porque ni siquiera cantaba.
Entonces la niña coge disimuladamente al gallito y le
dice susurrándole al oído:
Pollito
canta,
canta de
prisa
pues si no
cantas
te guisa.
Y milagrosamente el gallito se puso a cantar con tal
denuedo que la madre contenta de la ocurrencia y la inocencia de ambas
criaturas le perdonó la vida del gallito y se quedó pensando qué gracia divina
era aquella que iluminaba a aquel angelit0.
5. Y esto bastó
Su nombre era Isabel Flores de Oliva, y no se llamaba
Rosa como ahora todos la proclamamos, y respecto de quien se cuenta tal hecho;
siendo su propia madre quien le cambió el apelativo en su misma cuna al verla
tan pura, radiante y primorosa, pese a que ya tenía asignado su patronímico.
Porque fue tanta y tan intensa esta contemplación de
hermosura que mirándola extasiada le dijo espontáneamente “Rosa”, porque la vio
como tal, como un capullo y un botón de la más preciosa flor como sería después
la Rosa fragante y lozana que es para muchas vidas anhelantes el motivo y la
razón para creer, comprometerse y amar como ella amó.
Pero en verdad todo el que la veía, inclusive sin
antes conocerla ni saber que la llamaban así le decían espontáneamente Rosa. Y
ella se maravillaba que todos sin haberla visto antes la llamaran así, como
solían hacerlo en su casa, nombre que no tenía relación con su partida de
bautismo; y siendo la situación que Rosa no figuraba en ningún escrito ni
documento.
En sus oraciones le confió esta desazón a la Virgen María quien la consoló de este
modo: “Pues hija, ¿no es vuestra alma como una rosa en que se recrea
Jesucristo?”. Y esto bastó para que la chiquilla aceptara tal nombre que es
como ahora universalmente se la llama y conoce.
6. Todo por ella
Su figura era esbelta sin ser alta, y tuvo
pretendientes poseedores de mucha fortuna, haciendo sufrir a sus padres al no
aceptarlos, pues ellos veían que podía ser una forma de paliar sus escaseces
por ser una familia de trece personas y no tener rentas.
Los jóvenes se reunían en las esquinas de su recorrido
a la iglesia para verla pasar y piropearla pues hasta su manera de caminar era
alada, hecho que la conturbaba grandemente y esto le confiaba a sus confesores.
Y la atormentaba porque algunos piropos eran directos en relación a sus
encantos y atributos.
Prefería entonces quedarse en casa. Pero a veces era
ineludible asistir a algunos oficios religiosos, sobre todo a comulgar en la
iglesia de Santo Domingo o en la iglesia de San Sebastián adonde concurría
frecuentemente.
Era una rutina ver entonces apostados a los jóvenes
para admirarla así tuvieran que esperar horas y hasta el día entero. Muchos
jóvenes asistían a la iglesia solo por contemplarla, y hasta comulgaban. Y hubo
quienes se hicieron muy devotos, todo por ella.
7. Y así se elevó al cielo
Un mes antes de su muerte visitó su casa paterna para
despedirse de ella, pues sabía que estaba próxima a morir.
Ese día en su ermita se puso a cantar tocando la vihuela
y entonando coplas que improvisaba, mirándolo todo con embeleso, especialmente
las flores.
Y según los testigos irradiaba una luz tan intensa
como si en esa ínfima cabaña brillase un lucero y todo el huerto estuviera
sumido en un éxtasis, pues entre sus prodigios.
Se refiere que hasta los árboles inclinaban sus ramas
a su paso, y le hacían coro las avecillas, los abejorros y hasta los mosquitos
la ayudaban y acompasaban con sus melodías.
Murió el día jueves 24 de agosto a primeras horas de
la mañana. Al morir quiso y pidió que su amiga Luisa Daza cantase para ella y
tocase la guitarra.
Y así se elevó al cielo, con las notas pulsadas en las cuerdas de una guitarra y acompañada
por los compases de las coplas y el sentimiento hecho cantares. Acompañada del
arte que ella tanto había amado.
8. Se la veía hermosa
Murió a los 31 años de edad sufriendo dolores
horribles que ella rezó para que Dios los aliviara en ese supremo momento a fin
de que no le arrebataran la conciencia de su tránsito a la gloria. Sufría de
artritis, tuberculosis y tenía paralizado mitad del cuerpo a consecuencia de un
derrame por los muchos ayunos, penitencias y sacrificios a los cuales se
sometía. A flor tan excelsa ni la muerte pudo arrebatarle su belleza, como lo
muestra el retrato que se le hizo recién después de muerta no dejándose ella
nunca antes ni siquiera dibujar por el
recato que le producía su belleza.
Fue sorprendente cómo al conocerse la noticia de su
deceso, pese a haber sido una doncella retraída y confinada entre cuatro muros
como ella quiso y eligió vivir así, una inmensa multitud colmó las afueras de
la casa de sus protectores don Gonzalo de la Maza y de doña María de Uzátegui,
en donde ella se había trasladado a refugiarse y en donde murió.
Gracias a que la casa tenía dos patios y dos puertas a
la calle empezaron a desfilar la muchedumbre conmovida y reverente. Se decidió
entonces trasladar sus restos a la iglesia de Santo Domingo distante diez
cuadras. La multitud colmaba las calles y hasta las azoteas de las casas. Se la
veía hermosa como si estuviera dormida.
Texto extraido de Capulí, Vallejo y su tierra , que dirige el poeta Danilo Sánchez Lihón.
CONSUELO SALAS VALLADOLID
pukaqantu@yahoo.es
LAMBAYEQUE - PERÚ.
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